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Visitar Carranque es viajar en el tiempo»

Leemos en un folleto que ya no se reparte, en uno de los yacimientos arqueológicos que apenas se visita y en un lugar que poca gente conoce en medio de la meseta castellana.

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Estamos en Carranque, en uno de los pequeños pueblos de la provincia de Toledo, en el centro de la península ibérica. Hace muchos años que visitamos el yacimiento arqueológico ya que es una referencia en el mundo de la historia del arte y de sus mosaicos inmersos en una villa romana.

La zona está enclavada en la orilla derecha —si miramos el mapa orientado hacia el norte— del río Guadarrama y los restos los encontraron agricultores de la zona realizando las labores en 1983. Un hecho que nos recuerda a cómo Pompeya (la ciudad romana en las faldas del Vesubio) fue descubierta. Aunque lo más destacado —en 2016— no son ni sus mosaicos, ni su historia, es su situación lamentable de abandono y de dejadez.

Érase una vez una casa, un mausoleo y una basílica

Cuando el yacimiento de Carranque empezó a ver visitantes en el año 2003, el lugar tenía vida, las instalaciones estaban cuidadas, la afluencia de público era considerable. Ahora (2016) basta con acercarte al conjunto arqueológico para sentir que apenas hay inversión. El puente que hay que cruzar para acceder al recinto se está deteriorando a pasos agigantados (muchas de las tablas de madera se mueven) y parece que a nadie le importa.

http://www.nationalgeographic.com.es/historia/grandes-reportajes/pompeya_7468
Puente que cruza el río Guadarrama y que da acceso al yacimiento

Sólo se salva un detalle.

Un nuevo edificio inaugurado, hace unos años en plena opulencia económica española, hace de centro neurálgico del lugar. Es lo único que está cuidado en Carranque. Ya se encargó el ayuntamiento de la localidad de que quedara constancia del hecho, una placa en la puerta hace referencia a ello. «No, la Junta no se encarga de esto, es el ayuntamiento de Carranque», nos matiza uno de los trabajadores que está en la puerta para cobrar los 5 euros que vale la entrada.

— ¿Hacen descuento?, preguntamos.

— No, salvo si viene un grupo escolar, los demás no tienen descuento, ni jubilados.

— Ah, ok. ¿No nos da un folleto? hace años los repartían.

— No, ahora el presupuesto es menor y sólo damos esta hoja fotocopiada, pero tienen los carteles en el recorrido que les van indicando lo que ven.

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A la izquierda el folleto anterior; a la derecha, el actual (2016)

— Y… el museo está aquí al lado, ¿verdad? para verlo ahora o cuando vengamos del recorrido.

— Bueno… en realidad sólo hay una exposición de cerámicas, de cómo se hacían. El museo está cerrado, se ha trasladado todo a Toledo. Lo que pueden ver es la casa con los mosaicos, los restos que quedan del mausoleo y lo que queda de la basílica con las columnas— nos termina de explicar.

Y de fondo oímos a una pareja de visitantes que vuelven del recorrido: «pero si está todo lleno de polvo, no se ven los mosaicos». Con ese temor y 5 euros menos en el bolsillo, pero esperanzados en que se llene de aprendizaje, iniciamos el recorrido marcado.

— Pero pasen, pasen a ver el audiovisual para ponerse en situación.

Retrocedamos unos siglos para saber qué vamos a ver:

  • Villa romana/casa: situada en el periodo altoimperial con dependencias para la elaboración de aceite y vino (torcularium). El nombre del dueño se desconoce, pero se sabe que tenía que ser un hombre importante dado el tamaño de la villa y el recinto (18 hectáreas). Éste podría ser un antepasado de un tal Materno (inscripción que aparece en uno de los mosaicos) que fue el propietario de la casa a finales del siglo IV d.C. y con relaciones con el emperador Teodosio I el Grande. El complejo residencial es una vivienda muy amplia de una única planta que seguía el modelo de casa señorial de la época romana, esto es, con un espacio central de jardín (peristilo) desde el que se accedía a las diferentes estancias (comedor o triclinium, dormitorios o cubiculum, etc). Pero dos de los aspectos que destacan de esta casa son sus mosaicos y su sistema de calefacción con hypocaustum. Todo el suelo de todas las estancias está pavimentado con esta decoración basada en teselas, o pequeños fragmentos que unidos forman un dibujo figurativo o geométrico de gran calidad y llenos de cromatismo. Y al final de la casa hay un horno en el que se calentaba agua para dar calor, en invierno, a todo el suelo de la villa.
  • Mausoleo: un edificio funerario del que poco queda. Es probable que se erigiera al lado de la mansión para enterrar los restos de sus propietarios en sarcófagos. Hoy se puede ver la planta de granito.
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Carranque se ha quedado tan obsoleto que los carteles marcan una audioguía conectada por bluetooth…
  • Basílica: lugar de culto y de enterramiento ya que se encontraron cruces, pilas bautismales y sarcófagos. Datado en el siglo IV d.C., lo que más destaca son las columnas de mármol de una sola pieza traídas desde Turquía.

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Hay que limpiar el polvo en Carranque

En realidad, ya vemos que a Carranque no le falta nada para ser un lugar turístico clave e histórico, salvo… Señores, se les ha olvidado pasar el polvo para quitar la arena.

Esto es como cuando vamos a una casa que está muy bien decorada, se han gastado un pastizal en muebles, en ornamentos, pero como veamos un poco de polvo, dejadez y suciedad, seguramente que salgamos corriendo y ni esperemos a que nos conviden a un té, más que nada porque si la casa está ya así, ¿se imaginan la cocina?

Pues algo parecido sucede cuando estás visitando Carranque. Lo primero que llama la atención es que los carteles no se leen, bueno, es que algunos se les ha caído toda la pegatina y sólo está el poste. Otros se ha expuesto demasiado al sol y están requemados, un poquito de barniz no les vendría mal.

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— No, ahora el presupuesto es menor y sólo damos esta hoja fotocopiada, pero tienen los carteles en el recorrido que les van indicando lo que ven.

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Y cuando entramos en la villa romana, sí, impresiona la grandiosidad de la casita, pero les falta pasar un plumero. Yo aquí no me quedaría a comer. Así se lo digo.

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Nada que ver con la imagen original del folleto y lo que recordábamos de nuestra visita anterior.

No se aprecia la grandiosidad de este monumento, de este patrimonio que no muchas regiones tienen. Deberíamos aprovecharlo más, ¿no creen? Por qué no hacer visitas guiadas desde Toledo. Estamos convencidos de que muchos de los visitantes, la mayoría extranjeros, que van a Toledo no tienen ni la más remota idea de lo que se están perdiendo a menos de 40 kilómetros.

Es una pena, porque la calidad del yacimiento es de lo poco que queda en el mundo. Sin embargo, un detalle sí que ha conseguido el ayuntamiento de Carranque y la Junta de Castilla-La Mancha, y es (como rezaba el inicio del folleto que daban hace varios años) viajar en el tiempo. Sí, pero viajar no a la época romana, sino a la medieval de la decadencia, de la suciedad y del abandono.

Esta entrada tiene 3 comentarios

  1. lamentable encontrarse sitios asi, es denunciable por todo y al Ayuntamiento y la Junta de Castilla la Mancha deberian ponerse las pilas y solucionarlo lo antes posible y que su deterioro no avance todavia mas

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