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Madrid Barcelona

Es curioso, pero nunca te paras a pensar de manera fría en tu próximo destino –y viaje– antes de partir hasta que algún amigo te dice eso de «pero a ti que se te ha perdido allí»… y es entonces cuando empiezas a meditar sobre por qué elegí realmente Barcelona –aparte de poder cursar un máster en periodismo de viajes– y si me encontraré aquí o me sentiré perdida.

Puestos a hablar de una ciudad nueva a vivir o a estar un tiempo, he configurado lo que para mí sería unas recomendaciones si llegas a la urbe catalana, bien sea larga, media o corta estancia.

Parla.cat

Hace ya un mes (el 11 de enero de 2013, depende en qué año estés leyendo esto…) que dejé mis madriles, la cuna que me vio nacer, crecer y llegar a ser lo que soy hoy. Ese Madrid chulesco, gato, del barrio de Chamberí. Y, a pesar de que tenía miedo de salir de ese cascarón que me había protegido como un madre a su polluelo, hoy puedo decir que la elección está mereciendo la pena.

Sí, y en Cataluña y con su catalán… como me dicen algunos. Y qué, no vamos a otras zonas e intentamos comunicarnos en su propio idioma aunque sólo sepamos decir merci, sucre, ciao o namasté. Pues aquí para mí es igual, aunque tengan una cooficialidad de lenguas. No negaré que algunos hay que no se esfuerzan por entender castellano –como en todas las familias siempre hay una oveja negra–, pero la gran mayoría de las personas que me estoy encontrando suelen reaccionar con educación. También, por supuesto, está la predisposición con la que va cada uno y el open your mind que dicen los ingleses, eso el otro lo percibe…

Así que en ello estamos con nuestro parla.cat, las academias gratuitas de catalán o con los lugareños, así que una miqueta parlamos… ;)

Lo que sí que hay dos cosas que destaco de la cultura catalana, una, que no se callan ni debajo del agua como vean algo que está mal, y la otra es que conservan a rajatabla sus tradiciones, envidiable. Mis felicitaciones!… también que son un tanto reservados cuando quieren serlo, todo sea dicho. Abrir un poquito más el corazón al principio no es malo.

Mar Mediterráneo, surfero
Uno de los temas que me decía la gente también era el del mar, la humedad… Bueno, para una persona que viene del centro de la Península estar constantemente a una temperatura de unos 15 grados en pleno invierno, mola! y tener la playita cerca también, aunque sea para sentarte en la arena a leer un libro, charlar con la gente que vas conociendo o aprovechar a ver las acrobacias que los surferos regalan cuando se suben a las olas. Estoy deseando que llegue marzo… ya me han dicho que a partir de ahí fuera chaqueta y a aprovechar las terracitas a ras de mar… Y pensar que en Madrid el verano llega a finales de mayo con suerte… ayyyy…

Barceloneta, mar Mediterráneo

Sobre la arquitectura, estoy enamorada. Da igual que vayas por la ruta modernista que abarca todo el paseo de Gracia –las conocidas casa Batlló y Pedrera dan muestra de ello–, sino cualquier edificación en el barrio del Eixample bien merece una foto y pararte un rato a contemplar las construcciones de uno de los movimientos arquitectónicos más impresionantes (desde mi punto de vista, obvio). Si vienes a Barcelona no dejes de mirar los portales, cada cual en un estilo pero la mayoría conservan ese aire antiguo y a la vez modernista.

Y ya ni hablemos de los mosaicos que decoran los suelos de la mayor parte de las casas de más edad de la Ciudad Condal, sí, he visto muchas casas, es la parte buena de buscar piso en cualquier ciudad, conoces a mucha gente y ves todo tipo de alojamientos… y cuando digo todo, es todo… que también aquí hay cada sitio, sobre todo en los barrios más antiguos como pueden ser el Gótico o el Raval. Tienen su encanto, pero, según lo que la gente de aquí me cuenta, gran parte tienen plagas de cucarachas u otras cosas peores… No todas, por supuesto, pero es lógico, es una zona muy antigua.

Actualización 2016: doy fe, después de vivir en cuatro casas diferentes en tres años, y en tres barrios, el Raval tiene un no sé qué…

La gran obra de Barcelona: la Sagrada Familia

La Sagrada FamiliaAlgo que pude ver tranquilamente al estar aquí ya viviendo y que nunca tuve la oportunidad es la obra, digo obrón, de la Sagrada Familia y gratis para los parados –detallazo! todos los miércoles a partir de las 14.00 horas de la tarde hasta el cierre presentando tu acreditación de parada, te ahorras unos 20 euros de entrada que es lo que invierten para intentar terminar las obras de una vez por todas–.

Desde fuera siempre me había parecido una obra maestra, demasiado, es verdad, creo que Gaudí se pasó, pero de una calidad de diseño y arquitectura indiscutibles. Cuando entré dentro de la ya basílica, mi mentón empezó a caer hacia abajo y así me quedé un buen rato con la boca abierta.

No podía creer lo que estaba viendo.

Columnas de una altura interminable y una luz natural que hacía que todo aquello reflejara una armonía. Gaudí diseñó su interior como un bosque lleno de vida, tanto fue así que cada elemento está pensado para representar una parte del reino vegetal –los capiteles de las columnas con forma de troncos, la cristalización de los minerales en las coronas de las torres exteriores, la cruz de cuatro brazos de estas torres representa el fruto del ciprés y las gárgolas son una selección de anfibios y reptiles de la zona del Mediterráneo–. Lo dicho, una obra maestra que no puedes dejar de ver si llegas hasta este litoral. A ver si le dedicamos un post como se merece… mientras puedes ver este sobre la Casa Batlló o la Colonia Güell.

Palau de la Musica catalana Otro de los edificios que me cautivó, y no muy conocido a pesar de haber venido por aquí otros años unas cuantas veces, es el Palau de la Música Catalana situado en la calle Sant Pere Mès Alt, cerca de Vía Laietana. Impresionante! Tengo pendiente entrar dentro.

En Madrid tendríamos que aprender en recuperar este tipo de edificios y no convertirlos en tiendas de ropa –malísima costumbre– algo que puede pasar con el Palacio de la Música de Madrid (Gran Vía 35) que, tras ser adquirido por Caja de Madrid para recuperar su época de esplendor, ahora está abandonado a su suerte y las obras de restauración paralizadas.

¿Ciudad sin identidad?

Lo bueno de venir a una ciudad en la que no conoces a casi nadie es que estas predispuesto a hablar con gente constantemente y a diario acabas relacionándote con personas de muchas nacionalidades. Eso es un enriquecimiento!

En un mes exageraría pero os puedo decir que he conocido a mucha gente y cada cual más diversa, también porque la casa en la que comparto piso me ha abierto puertas constantemente. Desde quedar con blogueros de viajes en Barcelona (el inicio de lo que ahora es Barcelona Travel Bloggers, curioso), hasta empezar a relacionarte con tus compañeros de máster, piso, los amigos de los del piso, los amigos de los compañeros del máster, el gimnasio o lo que tercie…

Jumping en Barcelona

Para eso Barcelona es una de las villas únicas. Por aquí pueden llegar a pasar millones de turistas al año y es una urbe que recoge muchos estudiantes y trabajadores de fuera que vienen aquí a pasar una temporada, bien por cursos, máster, trabajos, etc. Eso da pie a que en la calle oigas todos los idiomas menos, a veces, el catalán y el castellano.

Pero por mí encantada, he de confesar. 

Actualización 2016: aunque después de vivir en pleno centro, y la proliferación masiva del turismo, como todo empieza a cansar… sobre todo por las noches si quieres dormir, o cuando sales de tu portal y una horda de ciclistas invaden tu mini-acera.

Poder tener al alcance de tu mano toda esa diversidad de culturas es un privilegio ya que puedes aprender de ellos sin tener que viajar a su país de origen. Estos días descubrí muchas más cosas de las islas Galápagos (Ecuador) gracias a dos de mis compañeras de universidad que son de allí, o que los noruegos no aguantan tan bien el frío como pensamos, gracias a uno de mis roomies, o saber que cuando brindamos con unas copas y decimos chin-chin los chinos se pueden llegar a burlar mucho de nosotros por el significado de la expresión en su idioma…

Eso es lo bueno y lo malo de Barcelona. Esa diversidad la llena de vida constante, muy europea y cosmopolita, pero si me permitís creo que ‘eso’ que la llena de energía también es un handicap: la falta personalidad, identidad… Sé que algunos me habéis dicho que pasee por el barrio de Gracia, lo que se podría comparar como el Malasaña de Madrid –cuando viajas siempre acabas comparando el lugar que visitas con algo que tienes cerca, somos así–, pero no sé… todavía no lo he llegado a apreciar… Sólo llevo un mes.

Actualización 2016: insisto, nada que ver ;) cada cual tiene su encanto y su gente.

El deporte, lo primero

Lo que sí que me he dado cuenta, y he ratificado ese pensamiento, es el culto al deporte que hay aquí. Ya os lo digo, no existen los gimnasios de barrio, todos, todos son grandes complejos en los que poder practicar casi cualquier deporte… Lo malo, que al no ser gyms de andar por casa las cuotas son un poco elevadas, aunque la cadena DIR se está haciendo con gran parte del mercado más joven…

Monumento a los 'castellers' en el barrio Gótico
Monumento a los ‘castellers’ en el barrio Gótico

La bici es impresionante. La ciudad está llena de carriles bici, bueno, creo que no hay ni una calle que no lo tenga. En esta capital catalana tienes que estar pendiente de los coches, las motos y las bicis que, por cierto, no respetan los semáforos… ojo!…

Actualización 2016: puedes unirte al club y comprarte una bici, y decorarla según la estación del año!

Sobre el tema de seguridad… Bueno, sí que se siente menos segura que Madrid, pero también depende de por dónde te muevas… Raval es más complicado y Gracia es más de andar por casa.

Os hablaría de sitios a visitar y demás, pero sabéis qué… es mejor que los descubráis vosotros mismos, perdería mucha gracia si os voy revelando aquí más de un lugar que me estoy encontrando, sobre todo por el barrio Gótico. No te quedes sólo con recorrer las calles y observar a los cantantes que te encuentras en cada esquina y que hacen del distrito un lugar bohemio y con gran encanto, sino que piérdete, deambula y las puertas de muchos edificios se abrirán ante ti. ¿Dentro? impresionantes patios y alguna sorpresa más…

Las Ramblas, plaza de Cataluña, la zona más diferente del Raval –no le tengas miedo, entra prudente, nada más–, el paseo marítimo de la Barceloneta, museo de Gigantes y Cabezudos en las Ramblas, la zona de Gracia y sus callejuelas llenas de bares, el parque de la Ciudadella, el barrio Gótico tan bohemio –sobre todo la parte más baja llena de calles en donde los pintores nos deleitan con sus obras–, las fuentes de Montjuïc, el Tibidabo y sus rutas detrás de la montaña –no te quedes sólo en el parque de atracciones–, monumentos a los castellers, champanerías varias por la ciudad en donde puedes tomar una buena copa de vino por 1 euro, salas de jazz, bares en barrio de Gracia, música cubana, tiendas con pendientes extravagantes –desde lámparas hasta un Cristo con la figura de Royal McDonnalds–, museos de lo más variado –el de Picasso, si no has estado en el de Málaga, Caixa Forum, el museo egipcio, etc.– librerías con encanto y únicas como la que hay en la calle Sant Pere Mès Alt dedicada exclusivamente al género femenino (ya le haremos una entrevista a su dueña), o la época de comer calçots… mmm…

Vuelta a la universidad

Mil cosas para poder disfrutar con o sin compañía. Bueno, al principio es mejor descubrir sin compañía, te fijas más en las cosas. Nuestra amiga portuguesa Sonia (aquí os dejo su blog) así nos lo hizo ver en su época por los madriles, muchas de las cosas que sabemos es por ella. No es lo mismo vivir en tu tierra que estar de paso, al final descubres más que el lugareño… no te vuelves cómodo.

Algo así me pasó en Barcelona al principio. Ahora, semanas después ya puedo ir compartiendo esos descubrimientos con la gente que conozco y, a la vez, que ellos me sigan aportando. A fin de cuentas es lo mejor que te puede pasar en una ciudad nueva, descubrir no sólo sitios sino a su gente, sus tradiciones, su forma de ver la vida.

Vine aquí para mejorar mi formación en viajes, a volver a ser estudiante universitaria, a volver a integrarme en el ambiente académico, a aprender de los más jóvenes, a ver esta ciudad desde el prisma de alguien que vive en ella día a día y, como resumen y por sorpresa, en un mes, me estoy llevando algo que es mucho mejor que todo eso. Un enriquecimiento espiritual con cada persona que me voy cruzando.

Actualización 2016: y después de trabajar también aquí en el mundo de los viajes.

Madrid, mi Madrid, claro, lo echo de menos, pero todavía es pronto… dejadme unos mesecitos más y volveré corriendo a ver a los más queridos y a por ese bocata de calamares o a por esa tapa gratuita con una buena caña en mi Chamberí natal… No hay que olvidar ‘ej que’ yo soy de Madrid… 

Actualización 2016: y que bajen los precios del AVE para poder ir más!!!!!!!! que sale más barato darte un tour por Europa (Barcelona-Dublín-Edimburgo-Barcelona) que ir en AVE a Madrid desde Barcelona… comprobado!

Esta entrada tiene 11 comentarios

  1. Me gusta tus comentarios de Barcelona ciudad cosmopolita siempre no comparable con los Madriles, pero hay de esas canitas y esos aperitivos en los bares de Madrid que no los tiene nadie,tambien mirando para las alturas de sus edificios los hay que no tienen rivalidad,mucha gente viviendo en Madrid no los ven y no saben que existen, que pena que Madrid no tenga mar.

  2. Grande Barcelona!! Me encanta la ciudad condal y veo que estás muy integrada!! Tranquila que Madrid ( grande también, no te me pongas celosa) te estará esperando con los brazos abiertos!! Un saludo viajera!

  3. ¡Qué bien! Yo también llevo poco en Barcelona, me mudé por amor en diciembre y estoy muy contenta, pero echo de menos Madrid. Suerte que está solamente a un ratito y podemos disfrutar de ambos sitios.Por cierto, vivo en Gràcia, sí le veo similitudes con Malasaña, aunque cada uno con su carácter, ¡pero con el mismo porcentaje de modernos!

  4. “Nuestra amiga portuguesa Sonia” se anima que Vd. esté descubriendo la ciudad condal perdiéndose por sus calles.
    Antes de irme a vivir a Madrid me regalaron un libro de bolsillo con los puntos clave de la “capital movideña”. El instinto me dijo que empezara el libro por la última página y así lo hice. Me encontré con la frase “el mejor mapa de las ciudades son los pies” (o algo así parecido). El libro lo mandé al trastero. Seguramente que ya te había hablado de esta frase pero nunca es demás recordarla.
    Y me parece estupendo tía que no te dé miedo meterte por el Raval y otros barrios afamados. Sí que te puede pasar algo malo, tal y como te puede pasar en el barrio más pijo. Ladrones y capullos los hay en todas partes. Lo demás son prejuicios. Halá madrileña! Dales caña joder!

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