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Ballobar

Así de rotundo oímos tal declaración en la biblioteca de Ballobar, junto a un «… y los maridos se quedaban de niñeras». En realidad, un titular y una frase tan ilustrativas no deberían llamarnos la atención en pleno siglo XXI, pero el concepto de género sigue siendo tema de apertura en la mayoría de los periódicos de todo el mundo. Maltratos, violencia, desprecio… y ahora también el sector de la lectura se une al movimiento feminista dando de baja títulos de toda la vida, pero que ya no resultan muy decorosos. Un buen ejemplo es la noticia con la que nos levantábamos justo al escribir esta crónica. En una escuela pública en Barcelona se ha retirado el 30% de los cuentos porque fomentan valores sexistas y discriminatorios.

Inés Navasa, vecina del pueblo de Ballobar (localidad del Bajo Cinca) de menos de 900 habitantes, es muy clara sobre este tema de los cuentos de toda la vida. Un conocido iba a llevar de regalo «un cuento de Disney, y yo dije “no espera que te traigo un libro de Nana Bunilda”». Nana Bunilda, es una especie de hada rechoncha, bajita y de color rosa, vieja y que nada tiene que ver con la princesa Disney o con el personaje de mujer florero que la mayoría de los cuentos nos han vendido, porque ella se vale por sí sola para conseguir lo que quiere. ¿Pero cómo llegar a este cambio y aquí, en medio de la provincia de Huesca? La pregunta ofende.

«El cambio se empezó a forjar hace más de 25 años cuando comenzamos a leer el periódico juntas», comenta Rosa Urrea la bibliotecaria de Ballobar y una de las pioneras de la iniciativa denominada Leer Juntos. Varias vecinas se han reunido en la biblioteca actual para explicarnos en qué consiste, aunque Rosa concreta que la primera biblioteca de Ballobar se fundó en 1928 por el abogado Francisco Galiay Sarañana y en 1983 se convirtió en municipal. Ahora todas nos relatan que empezaron a quedar para charlar, para hacer tertulia y para «hablar de los libros de los niños que les mandaban en el cole», añaden. Y poco a poco la experiencia ha ido a más incluyendo lecturas mensuales y eventos con la presencia de autores como Gonzalo Moure, Daniel Goldin, Ana María Machado, entre otros.

El libro como excusa para mantener el diálogo y el aprendizaje

Después de un tiempo, la actividad se ha consolidado de tal manera que la «hemos exportado a otros sitios», confiesa Rosa. De fondo se oye «al mundo». Se nota el orgullo que sienten por este lugar. Y no es de extrañar porque el espacio, que comenzó como una biblioteca de colegio, hoy es —literalmente— un bosque con árboles, sillones, alfombras y un sofá chester que invitan a leer, al diálogo, a aprender y a compartir en el epicentro del pueblo. «El que no viene es porque no quiere», oímos.

Todas las vecinas nos relatan que quedaban para charlar, para hacer tertulia y para «hablar de los libros de los niños que les mandaban en el cole», añaden. Y poco a poco la experiencia de Leer Juntos ha ido a más incluyendo lecturas mensuales y eventos con la presencia de autores

(Por orden de izquierda a derecha): Alegría e Inés en la biblioteca, y otros vecinos del pueblo como Davide (propietario de Casa Guzmán), Esther Saló (alcaldesa de Ballobar) y Joaquín (uno de los vecinos más antiguos). © Carlos García Rubio

Actualmente, se juntan una vez al mes para hacer la tertulia sobre el libro que tienen entre manos. Durante el resto de días «te encuentras con la gente y preguntas si te has leído esto, o si ya has llegado a este tramo», nos reconoce Inés entre risas, mientras Alegría Sanz (residente y dueña de la carnicería del mismo nombre) nos declara que «tenemos de excusa el libro para mantener el diálogo y otro tema de conversación cuando te ves, el trato es más cercano». Encuentros que confirmamos se realizan a diario y a todas horas por las calles de Ballobar, pero que prefieren ser íntimos y no ser fotografiados.

En cuanto al aprendizaje todas —y todos (que la mayoría son mujeres aunque hay algún hombre en la sala)— lo tienen muy claro, «el enfoque de la vida es diferente a través de la lectura». Y es que cambiar un cuento de Disney por uno de Nana Bunilda no es un hecho que se vea todos los días, por desgracia. «Te vuelves más tolerante y respetuoso porque cuando lees te das cuenta de que hay otras vías», explica Inés. Pero no sólo en cuanto a apertura mental y de expresión —porque hay que oír el rico vocabulario que manejan estas ballobarianas—, sino también Leer Juntos les ha enseñado a apreciar más el mundo editorial, «ahora coges un libro y sabes valorar la ilustración, la literatura, cómo está hecho…»

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Más tolerancia con una educación cerrada

Una iniciativa como Leer Juntos no es fácil para este grupo —en su mayor parte de edad avanzada— cuando muchas han recibido una educación en la época franquista y con los libros de siempre, de «esos que te hacen no ser lectora», se oye en el fondo, bajo una «enseñanza del Don…»

Mujeres con otros intereses y que repartieron los quehaceres entre los maridos o el resto de la familia. Leer Juntos también engloba actividades culturales alrededor de la lectura para ampliar conocimientos, un hecho que tiempo atrás era casi impensable, «se hacía ganchillo y no se leía», manifiestan. El proyecto ha calado tanto que ahora son las mismas mujeres las que inculcan la lectura a sus hijos y nietos, y en verano se deja un espacio en la piscina para montar una biblioteca con un cuentacuentos todos los jueves.

Ante nuestra pregunta de cuál es el libro que más os ha costado leer, nos quedamos de piedra ante el nivel que hay. «Intentamos leer los no muy conocidos», ilustra Inés, y casi sin darnos cuenta nos comienza a relatar el argumento de La sonrisa etrusca, de La peste, de Maldito Karma y hasta de La Metamorfosis de Kafka. Chapeau, señoras, chapeau!

Nota de redacción: la inclusión, tanto textual como ilustrativa, de unas personas y no de otras queda bajo decisión y libertad de expresión del criterio editorial de esta pieza.

HAN COLABORADO EN ESTE REPORTAJE:

Casa Guzmán Ballobar proporcionó el alojamiento en Ballobar en la nueva casa rural restaurada del siglo XIX (de tres plantas y con capacidad para 10 personas), y Alegría Sanz organizó el encuentro de las mujeres que participan en Leer Juntos

También colaboraron los restaurantes Alcanadre, Aries 2 y El Arranque, junto a otros comercios del pueblo, que nos mostraron parte de la gastronomía de Ballobar, a saber: tomates secos, orejones (melocotones desecados), bolas de carne, ternasco al horno e incluso un denominado pan Bendito (bizcocho recubierto de merengue que pasean los quintos —chicas y chicos nacidos el mismo año— vestidos con el traje regional en procesión por el pueblo.)

GUÍA VISUAL

Si quieres conocer todo lo que hay en este pueblo de la comarca del Bajo Cinca (Huesca) te dejamos unas fotos a modo de guía visual. La confluencia de los ríos Cinca y Alcanadre, el conjunto montañoso de las Ripas de Ballobar desde donde se puede contemplar el inicio de los Monegros, puente medieval, ermita de San Juan…

Ballobar se sitúa en la confluencia de los ríos Cinca y Alcanadre. Puedes ver la unión de los dos ríos dando un paseo por sus huertas cercanas, y el conjunto montañoso de las Ripas de Ballobar

© ILUSTRACIONES: CARLOS GARCÍA RUBIO



Realización de la acuarela a pleinair, por nuestro ilustrador, con vistas del puente romano-medieval y la ermita de San Juan al fondo. Gracias a Anibal Trejo por la cesión de la foto.

Esta entrada tiene 3 comentarios

  1. Qué gusto dar ver que un pueblo ha dejado el ganchillo de toda la vida por tener curiosidad por la lectura y tener esa biblioteca tan magnifica, .enhorabuena por darlo a conocer

    1. Pues sí, justamente eso. Aunque no lo asociemos sólo a los pueblos, lo de la curiosodad habría que extenderlo a la sociedad en general. En las ciudades también la cultura y el aprendizaje se queda muchas veces de lado, en pro del ocio más banal que no suele aportar en exceso. Las ballobarianas de la biblioteca son un ejemplo a seguir! Gracias por tu comentario!

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