Mucho he tardado en escribir de mi ciudad, de mi ciudad de nacimiento, de mi ciudad de residencia, de mi ciudad de estudio, de mi ciudad de universidad, de mi ciudad de tantas y tantas vivencias, de mi Madrid. Y ‘ej que’ una madrileña y auténtica ‘gata’ de generaciones madrileñas como servidora, nacida en pleno barrio de Chamberí no podía dejar de hablar de este pequeño-gran pueblo que sigue siendo, por mucho que nos empeñemos.
Sí, Madrid será lo que queramos, pero desgraciadamente (aunque cada vez menos) creo que todavía no estamos a la altura del resto de las capitales europeas, lo estamos intentando, ‘estamos trabajando en ello’ que decía áquel… pero nos falta.
Aunque he de decir una cosa, ese es el principal encanto de mi ciudad. Todavía queda esa parte de humanidad del madrileño, de guiar, de ayudar, de ir hasta el sitio que nos han preguntado (‘no, si me pilla de paso, ya le acompaño…’), de la cultura del salir, de los bares, de las cañas, a cualquier hora o día (esos ‘juernes’ que cada vez están más de moda) e ir a tomar un café, una copa, lo que se tercie… Todos, por supuesto, acompañados del término más castizo: la tapa.
Su origen. Pues hace muuuuuchos años, cuando en los bares había tanta suciedad que era necesario poner una ‘tapa’ a la bebida para que no entrara nada que no debiera… Y qué mejor forma de transformar esa tapa en algo para picar con la bebida. Ingenioso!
Podría citar aquí numerosos sitios a los que ir si vienes a Madrid, pero para eso ya están las guías o el conocido/amigo de turno que hará de buen cicerone por las calles de la capital, si es un madrileño de pro ;) Pero permíteme que me tome la licencia de recomendar algo que algunos se lo saltan a cambio de ver museos, campos de fútbol, palacios…
El ‘bocata’ de calamares!! sí, lo sé, y qué tiene de original, qué le diferencia de otros… bla, bla, bla… Pues simplemente hay que probarlo, o bien al lado de la Plaza Mayor en ‘La Campana’, o bien a la salida de la estación de Atocha, encontrarás un bar llamado ‘El Brillante’. Cómpralo, sal a la calle y camina, camina, camina… y mira toda la gente que pasa a tu lado, la vida que hay en las calles, en las terrazas, la gente hablando en corrillos y si te atreves pregunta algún sitio al que quieras ir… Si vas sól@, no te preocupes, llegarás al lugar de destino acompañad@… ‘ej que’ los madrileños somos así…
Imagen de cabecera: procsilas / CC BY
Preferimos observar el contexto, captar instantáneas con el alma a través de una buena conversación que no con un teleobjetivo, elevamos el arte al nivel cultural que se merece en detrimento de la fotografía, y encontramos historias que suceden rápido pero que hay que entender. De este modo la experiencia se queda más dentro, se añade a tu currículum de vida, y tiene más valor espiritual que contar los países visitados. Si como añadido a esta línea de viaje le sumamos aquello con lo que trabajamos siempre, la infografía y la ilustración, resulta un viaje con un toque interpretativo añadido extra. Diferente a lo convencional.
Hola Bárbara. Soy Sónia, la amiga de Vane. También tengo un blog que empezó por ser un diario de bordo de mi vida en los Balcanes. Quisiera que entendieras portugués, así te enterarías que mis palabras sobre Madrid no difieren muchos de las tuyas.Viajar y escribir son dos de los mejores ejercicios humanistas. No pares nunca 🙂
Gracias Sonia! Es un halago para mí que me apoyéis así, me dan más ganas aún de escribir y de viajar!! ;)Estamos en contacto, ya te dirá Vane!! Un besito maja y espero que todo esté bien. PD: cual era el link de tu blog!? Dile a Vane que te pase mi email.
Aqui lo tienes: http://www.umpasseiopelaminhamente.blogspot.com
[…] dejadme unos mesecitos más y volveré corriendo a ver a los más queridos y a por ese bocata de calamares o a por esa tapa gratuita con una buena caña en mi Chamberí natal… No hay que olvidar […]
[…] en el centro de España –hablando de originalidades, se refiere–, el bocadillo de calamares, un calamar muy gato. Un lugar muy peculiar, lleno de papeles en el suelo que denotan la entrada multitudinaria de […]