Londres, esa ciudad cosmopolita, consumista, que nunca duerme, nunca termina de estar soleada (sobre todo en los meses de invierno)… esos monumentos por todos conocidos, ese ‘british’, esos camareros en su mayoría españoles que nos encontramos en cualquier restaurante y nos amenizan las veladas y empiezan las conversaciones con un «y de dónde sois?»… Como enamorada de esta capital y por más veces que la visite, nunca deja de sorprenderme con algo en cada viaje…
Podría hablaros de muchos rincones, tiendas, vistas, paseos, parques, mercadillos, situaciones muy inglesas, noches inglesas, pubs… pero para eso están las guías de viajes no!?
Así que he optado por contaros una historia… muy inglesa…
Siglo XVIII, reinado de los ‘Jorges’ en Inglaterra, un poquito antes de la época victoriana. Ese Londres caballeroso, correcto, diplomático… Grandes casas de dos o tres plantas, coches de caballos, sin luz eléctrica… Y en medio de todo este contexto, en el corazón de Londres, en el barrio de Soho, una casita en el 6 de Frith Street, al lado de Soho Square. Allí vivía William Hazlitt, escritor inglés célebre por sus ensayos humanísticos y por sus críticas literarias.
¿Y qué hacía este literario en esta casa? Ofrecer posada, refugio a todos sus otros amigos escritores que pasaban por allí. Con una condición, que cada uno de ellos dejara un libro en la casa a modo de recuerdo.
Hoy, siglo XXI, esta casa fechada del 1718 es el hotel Hazlitt’s y llena de libros. Cada habitación está llamada con el nombre de escritores y se respira un encanto de antaño.
Las ‘rooms’ poseen una cama de altura considerable, con cabecero de madera. También tiene chimenea, de decoración eso sí, porque el ambiente es antiguo pero con comodidades, y moqueta que tapa el suelo hundido de madera.
El baño conserva las bañeras grandes de antaño, y hasta la cisterna del inodoro es de hierro con tapa artesanal para echar el agua.
Nota: Una recomendación. El desayuno se sirve directamente en la habitación con puntualidad británica a la hora que tú acuerdes. Date un gustazo y desayuna en la cama!!!
Preferimos observar el contexto, captar instantáneas con el alma a través de una buena conversación que no con un teleobjetivo, elevamos el arte al nivel cultural que se merece en detrimento de la fotografía, y encontramos historias que suceden rápido pero que hay que entender. De este modo la experiencia se queda más dentro, se añade a tu currículum de vida, y tiene más valor espiritual que contar los países visitados. Si como añadido a esta línea de viaje le sumamos aquello con lo que trabajamos siempre, la infografía y la ilustración, resulta un viaje con un toque interpretativo añadido extra. Diferente a lo convencional.
Mi pasion -la literatura- y mi ciudad favorita en un mismo post… Por q desconocia yo la existencia de este hotel? Lo q aprendo contigo babi.. Enhorabuena por el blog es fantastico!!
For Godness sake Barb!!! que miedo pasar ahi la noche
Thanks Lu!!! Seguidoras como tú me animan a seguir escribiendo por aquí, con el poco tiempo que me queda en el día a día… 😉
Y sí, un poco de miedito… Con decirte que el señor del cuadro se pasò toda la noche viendo còmp dormía… ;)Y porque no he puesto la foto que hice que salió con un halo blanco… O_o
Babi, me ha encantado este post, por acercarnos a Londres (ciudad a la que estoy deseando volver) y por descubrir un hotel tal interesante. Me lo apunto!!Besos!
Gracias Ana!! Besotes
me encanta
Gracias Aguasanta! 🙂