La tienda para los otros viajer@s

Los valles. Esas llanuras entre montañas. Depresiones de la superficie terrestre entre vertientes. Lugares físicamente menos permeables por su situación, casi siempre aislados del resto de regiones. Por ende, cuando decidimos ir al Valle de Boí (a la Vall de Boí, escribiremos los nombres en su idioma de origen) teníamos en la cabeza que sería un lugar más bien cerrado, tradicional, ya no sólo por su emplazamiento, sino porque durante siglos, décadas y años fue un espacio separado que se mantuvo petrificado en el tiempo. Los Pirineos y el pueblo de El Pont de Suert son la frontera natural y crean un espacio encajonado. La carretera de asfalto y los coches llegaron en los años cuarenta, la luz a las casas también. Además, muchos de los vecinos nos cuentan que realmente fue un espacio en donde el idioma catalán se mantuvo impertérrito en la época franquista, «la Guardia Civil se quedaba en El Pont de Suert y pocas veces subía por el valle».

El aislamiento. Quizás esta característica sea también la que convirtió a Vall de Boí en un emplazamiento donde no había un cierto poder adquisitivo, pero —aún con pobreza— «la gente era más feliz». Todos los residentes con los que hemos hablado nos lo han manifestado. Pero hoy aquí, como en el resto de la sociedad actual, esa felicidad parece que se ha visto enmarañada por envidias, materialismos, consumismos, individualismos, hedonismos… más que de sentimientos que entendemos que es dónde radica la verdadera felicidad.

Así las personas que viven en la Vall de Boí (jóvenes, mayores, nativos, emigrantes…), todas con las que hemos intercambiado pareceres, coinciden en lo mismo: qué es la felicidad y qué es lo normal. «¿Normal es tener un coche, un marido y dos hijos?», rezaba una, «¿comprar lo que las grandes empresas nos dicen que hay que consumir?», «¿sociedades aún patriarcales?»… Desde curas convertidos en agnósticos, gente que deja su vida normal para labrarse otra vida sin estrés, hábitos más saludables y naturales, y pastores felices en su soledad, está claro que ninguno de ellos es tradicional. Se incumple la norma cerrada del valle. Para nosotros, este lugar es hoy —aparte de su arte románico— un refugio de ciertos rebeldes, de los que opinan más allá de lo establecido. ¿Y esto qué tiene que ver con visitar la Vall de Boí? Todo si entendemos el viaje desde otras perspectivas menos convencionales y más relacionadas con su sociedad, su cultura, su forma de vivir… Y es que fuera de la caja etiquetada como normal hay más, mucho más, basta con escuchar.

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CONTENIDO
EDITORIAL
¿Realmente los valles son más cerrados?
EN SITUACIÓN
PAISAJE
Una autopista natural | La más alta de Pirineos | Aguas para el espíritu
GEOPERIODISMO
El cura agnóstico | Remedios naturales | La transhumancia (aún) existe | La foto de todo una vida | Fallas y fallaires | Resistencia colombiana | Un teatro en rebeldía | David contra Goliat
ARTIS
Para entender el arte románico | Taüll como epicentro | Sant Joan de Boí | Santa Eulàlia | Sant Feliu de Barruera | La Nativitat de Durro | Santa Maria de Cardet | L’Assumpció de Cóll | La polémica de la devolución
EFÍMEROS
El puente que habla | Dijous a la fresca | Ocio para todo el año | Ingredientes de la tierra | Carrer de la Poesía | Hakuna matata
GUÍA— Consejos de interés
QUÉ LEER —Bibliografía

Color | Tapa dura 2,5 mm | Medidas: A4 apaisado | 100 pág. |
Papel 135 g. | Idioma: castellano | Impresión offset |
ISBN: 978-84-697-6629-3
1ª Ed: noviembre 2017

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