La crisis del COVID-19 ha dejado —está dejando— muchos paradigmas aún sin resolver en lo que se refiere a la economía, a la sociedad, a la salud y, por ende, al sector del turismo. ¿Quizás un turismo más local, más de proximidad? ¿Quizás más cooperativo y lleno de oportunidades para las pequeñas empresas? ¿Quizás más alejado de ese opio que conocimos en la ciudad de Barcelona?
Muchos interrogantes teníamos —tenemos—. Por ello nos juntamos con la asociación de turismo sostenible Aethnic y el Espacio de Consumo Responsable del ayuntamiento de Barcelona para entender qué está sucediendo en este sector, si habrá un cambio de modelo o no.
Así nace el ciclo «Piensa global. Viaja local» durante todos los miércoles del mes de julio de 2020. Cuatro sesiones en las que debatir y exponer temas como los retos y oportunidades de esta nueva etapa en el turismo local, el turismo familiar, el voluntariado social y medioambiental y la actividad agroecológica.
Turismo cooperativo y de proximidad
Todo cambio y evolución de modelo merece un análisis de la situación anterior. «La pandemia ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad del sistema turístico y los territorios muy dependientes del turismo», expone el investigador Ernest Cañada, coordinador de Alba Sud, asociación especializada en investigación y comunicación para el desarrollo, en el marco de la primera sesión del ciclo. En ese sentido, «necesitamos repensar las políticas socioeconómicas», añade.
Unas políticas que en el caso del sector público, y explicadas por Xavier Suñol, el director de turismo del ayuntamiento de Barcelona, se reflejan en la población local, ya que «nos interesa promocionar el turismo para que la propia ciudadanía viva en una mayor calidad de vida y un desarrollo económico, social y cultural notable» siendo este «el objetivo final de las políticas públicas».
Pero, ¿cómo debería ser esa promoción hoy? Una de las propuestas que trae Suñol es recuperar la cuota de mercado español, ya que «tenemos una cuota muy baja», y «hacerla con valor añadido y en el momento que toque», agrega el director de turismo. «Viajar será más caro, pero generará alianzas» como las que se van a realizar en este sentido «entre Barcelona y Sevilla para el mercado francés», según ha informado en la sesión 1 del ciclo.
Otra de las medidas para retomar esa promoción turística son las subvenciones que hay abiertas desde el ayuntamiento de Barcelona, como Impulsem el que fas o Futurisme, con el objetivo de orientar el turismo «hacia la economía social y a la proximidad».
Una proximidad que en cooperativas de servicio a la restauración como Xarec llevan llevándola a cabo desde hace más tiempo. «Ya practicábamos el turismo local y la economía solidaria antes de la pandemia», resalta Anna Abellán responsable de Xarec. Su objetivo ahora es claro, tener «un punto de partida con nuevas alianzas y propuestas, y encontrar un espacio de cooperación e intentar continuar». Un ejemplo de actividad que sufre menos la crisis actual, ya que «no somos tan dependientes del turismo internacional o de masas que ahora se necesita tanto», manifiesta Abellán.
Por tanto, la apuesta por un mercado local y un turismo de proximidad es clave pero «con peso estructural», argumenta Cañada. Es decir, que «sea una apuesta central política y no puntual porque hoy nos encontramos con un mercado con fronteras cerradas», y además, «vinculadas a otras formas de producción turísticas» especialmente «a la economía y a la solidaria». Y ¿cómo? «Poniendo en el centro a la persona —con más protagonismo— y a las necesidades como parte de mejora y bienestar social» y no a la parte privada. Un desafío que se consigue con «la transformación de la actividad turística en el marco de una transición socioecológica y con las políticas públicas que acompañen este proceso de fortalecimiento», concluye Ernest Cañada.
Todo un reto en esta etapa de nueva normalidad en donde queda claro que la intervención de la administración pública juega un papel fundamental. ¿Será el nacimiento del nuevo paradigma del viaje? Veremos.
© ILUSTRACIONES: CARLOS GARCÍA RUBIO (Cabecera: técnica acuarela; interior: mixta (digital y pluma))
Directora y diseñadora de Babilonia’s Travel. Madrileña de nacimiento (1980) y enamorada de Barcelona (2013). En 2004, a su formación y experiencia como periodista, se une la infografía y el diseño ya que es en el periódico El Mundo (2004), en elEconomista (2006) y en el diario Negocio (2007) donde le enseñan a unir las letras al diseño, para después incorporarse a la redacción de revistas como Altaïr (2013), Fleet People (2012)… y cofundar la primera asociación de bloggers de viajes de Barcelona (2013). Después de casi 50 países visitados sabe que lo que importa son las personas y no coleccionar lugares ni fotos en un disco duro. Amante de la palabra «viajar» y vitalista. Curiosea y socializa con todo aquel que se le cruza en el camino para narrar y diseñar una buena historia.
Hola,
Todos pensábamos que esta situación nos cambiaría a todos pero por lo que estoy viendo en las playas creo que no.
Es una pena que el turista no modifique su forma de viajar y sus hábitos.
Un gran post, gracias por compartir.
Pues sí Ana, tienes toda la razón. Nosotros también pensábamos que algo iba a cambiar, pero va a costar esta evolución. Aunque pensándolo positivamente, creemos que todo cambio tiene un proceso, y ya estamos en él. No hay que tirar la toalla… aún estamos a tiempo 🙂 Gracias por tu aportación y gracias por tu lectura. Un saludo,
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