Algo más que ‘todo incluido’ en la ruta maya mexicana

México es uno de los países más poblados en el mundo, con casi 120 millones de personas, y uno de los destinos más visitados por el turista que busca playa caribeña de aguas turquesas y arena blanca, y pulserita de todo incluido (TD). Pero no todo se reduce a eso en la región donde, según los locales, «nada pica, sino que es sabroso».

Un estado que llega a más de 22 millones de turistas al año, como recoge el informe de la Organización Mundial del Turismo (OMT) –casi una tercera parte de los viajeros que visitan Europa– y, a pesar de la crisis que sufrió en 2009 por la pandemia de gripe A que hizo descender las visitas más de un 5% de 2008 a 2009 pero se recuperó año tras año, tiene que ofrecer algo más que playa y hoteles en régimen TD.

Evidentemente sí.

Aquí os proponemos una ruta de unos diez días desde el centro al sureste de México, incluyendo parte de la ruta Maya. Como transporte, un autobús de la compañía mexicana ADO y con un boleto en tu mano denominado Maya Pass, con el cual podrás visitar las zonas arqueológicas, playas y demás lugares del país del tequila en función de los días que elijas.

Combina naturaleza, religión y arqueología en México

Lo primero que hay que tener en cuenta en el país mexicano es que las distancias engañan en el mapa. De un vistazo algunos recorridos que a vista de pájaro parecen cortos, luego en la práctica y por las condiciones de las carreteras el viaje se nos puede hacer un poquito más largo de lo que habíamos pensado. De ahí que la mayoría de las rutas que se realizan en esta región del planeta se hagan en aviones internos, aunque éste no es el caso que nos ocupa aquí.

Aclarado este punto, ya estamos listos para emprender nuestra aventura por las tierras de los mayas, con toda nuestra atención para descubrir su cultura, gastronomía, arqueología y dejarnos un poquito de tiempo para la parte lúdica, playas, cuevas y naturaleza, entre otros, que tanto nos hacen falta en este tipo de circuitos marcados con un horario.

1. La idea es aterrizar en la capital del estado mexicano, México DF. Allí podremos pasar unos dos días contemplando muchas de sus iglesias, su magnífica catedral o el museo antropológico, entre otros, para hacernos una idea general de lo que supuso la época azteca –o mexicas, como dicen ellos– e indígena y las influencias que ha dejado en la cultura mexicana.

Después la ciudad posee muchos pequeños locales en donde saborear sus típicos platos –guacamole, tacos, enchiladas…– desde los tres dólares mexicanos (unos 0,17 céntimos de euro), o ir al mercado San Camilito, cerca de la mítica plaza Garibaldi donde los mariachis no te defraudarán, y en donde también puedes probar el tradicional pozole, o la taquería Beatriz abierto desde hace cien años.

Y para la tarde ya podemos ir a visitar el territorio de Xochimilco en donde se encuentran catorce pueblos originarios que conservan muchos rasgos de la cultura tradicional y herencia indígena, y en donde podrás ir en una barquita típica, típica por sus canales de agua.

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2. Para el día siguiente una de ruinas, las de Teotihuacán para ir calentando motores con todos los restos arqueológicos que acuna este territorio centroamericano.

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3. En nuestro tercer día tomamos rumbo hacia Oaxaca, unas siete horas de viaje, pero en el camino podemos parar en la ciudad de Puebla para poder contemplar la pirámide de Cholula y degustar el pollo con mole poblano… hay que descubrirlo allí directamente…

Al llegar tenemos tres opciones, o ver a la mañana siguiente las ruinas de Monte Albán, zambullirnos en las aguas termales de Hierve el Agua, o tomar la carretera que nos lleva a la costa –unas tres horas– hasta los pueblos de Puerto Escondido o Mazunte, en donde podemos tener la oportunidad de contemplar las tortugas marinas, delfines y, con suerte, hasta ballenas… Pero eso dependerá del tipo de viajero que seamos, más arqueológico, más de spa o más de naturaleza… :)

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4. En este día en función de la opción elegida podrás salir directamente para dormir en Chiapas o en San Cristóbal de las Casas ya que desde Oaxaca son siete horas aproximadamente y puede que se nos haga un tanto largo. Y si eliges la opción más playera, aquí tienes que volver a Oaxaca y perder un día al final del recorrido… La vida son elecciones, ya lo sabes.

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5 y 6. Estaría bien quedarnos dos días por esta zona ya que uno de ellos podemos descansar en el Parque Nacional El Cañón del Sumidero, y disfrutar del paisaje a bordo de una lancha para observar los cocodrilos o el mismo cañón con alguna cascada de agua, y el día siguiente visitar los pueblos de Zinacantán con sus indígenas bordadoras y Chamula, para ver la sincronía entre catolicismo y religiosidad indígena.

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7. Dejamos esta zona para dirigirnos hacia Palenque y contemplar sus ruinas arqueológicas… no entretenernos mucho ya que nuestra próxima ciudad está en la península de Yucatán y tenemos unas siete horas de viaje. Yucatán nos espera!

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8. Visita obligada según tipología viajera… Si eres de los turísiticos, seguro que Chichen Itzá no te defraudará… Si eres más viajero, por aquí te recomendamos Ek Balam, menos explotado…

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9 y 10. Las dos últimas jornadas, antes de tomar nuestro avión en Cancún, sería conveniente dedicárselas al descanso. Muchas horas de autobús y un mar de postal que ‘debemos’ disfrutar. Nos lo hemos ganado! Las playas de Tulum son hermosas!!!

Relax y meditación para llevar en la retina todo lo que este país nos ha aportado durante este tiempo.

Ahora sí, ¿ves cómo no es todo pulserita en México?…

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Nota: queremos dedicar este post a nuestra querida Cris