Una sentencia que más de un viajero sostiene y que creemos que es falsa, ya que, evidentemente, no tendrá tanta historia registrada como puede ser el caso de Europa, pero que ostenta una serie de hechos históricos y edificios que poseen su propia vida.
Este es el caso del Hospital de San Carlos, en Veracruz (México), el primer Hospital Militar del país mexicano y de toda América.
Desde el siglo XVIII
Después de que los ingleses tomaran la ciudad de La Habana (Cuba) en 1762, los responsables y dirigentes españoles que allí seguían colonizando se percataron de que tenían que cuidar más las defensas de sus colonias y a los hombres que las defendían. Así en 1764 nació el Hospital San Carlos contruido con piedra de mar, un lugar que atendería a las tropas y que serviría también como lugar para refugio de los soldados antes las posibles amenazas.
Años más tarde el puerto de Veracruz sufrió diversas ocupaciones por parte de las tropas norteamericanas, lo que conllevó al uso de las instalaciones por las tropas y personas civiles, pero también a la destrucción en parte del hospital por diversos bombardeos. Fueron necesarias varias remodelaciones aunque nunca volvió a tener la buena estructura inicial.
Hoy, según la web del Centro Histórico de Veracruz (ver más imágenes), la conservación del edificio es regular y en su interior existe un edificio contemporáneo al lado del actual que es el que se utiliza como hospital.
Así que ya sabes, cuando estés buscando hoteles en Veracruz para tu estancia y busques qué ver allí, no te olvides de su historia y de que sí, el apelativo ‘Nuevo Mundo’ es sólo un calificativo que deberíamos quitarlo ya de la cabeza de cualquier viajero, todo tiene una historia detrás sea de más o menos siglos y con un gran valor.
Nota: imágenes del Centro Histórico de Veracruz.
Preferimos observar el contexto, captar instantáneas con el alma a través de una buena conversación que no con un teleobjetivo, elevamos el arte al nivel cultural que se merece en detrimento de la fotografía, y encontramos historias que suceden rápido pero que hay que entender. De este modo la experiencia se queda más dentro, se añade a tu currículum de vida, y tiene más valor espiritual que contar los países visitados. Si como añadido a esta línea de viaje le sumamos aquello con lo que trabajamos siempre, la infografía y la ilustración, resulta un viaje con un toque interpretativo añadido extra. Diferente a lo convencional.
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