Un buen día de preprimavera… No, espera, llueve. Vuelve el invierno. Caen unas gotas. No, vuelve a hacer calor y sale el sol. Parecía que ni el tiempo durante la jornada del 4 de marzo de 2018 no se ponía de acuerdo, como horas más tarde sucedería en la plaza de Antonio López en Barcelona.
Nos dirigíamos hacia la explanada en la mañana del domingo. Una fecha destacada en el calendario ya que minutos después la estatua de Antonio López sería retirada.
Hay que entender primero quién fue Antonio López y López. Para unos, como asociaciones y colectivos contra el racismo, fue un esclavista que dedicó parte de sus negocios al comercio con personas de raza negra. Viajó a Cuba durante el siglo XIX y se estableció en Santiago de Cuba donde alquilaba locales y realizaba negocios varios (tienda de ropas, plantaciones de caña, cafetales…), aunque mantuvo, por encima de todo, una gran actividad en la venta de esclavos. Fue su cuñado y empleado, Francesc Bru, quien le acusaría en su libro de haber sido un traficante negrero. Para otros, fue un empresario, banquero y filántropo español conocido también como el Marqués de Comillas, que participó en 1863, en la creación del Banco de Crédito Mercantil. Una entidad financiera domiciliada en la capital catalana dedicada a propulsar la urbanización del ensanche de Barcelona y el sector ferroviario.
En 2018 el ayuntamiento de Barcelona anunció que iba a retirar la estatua de Antonio López de la ciudad al considerar que no se podía homenajear a alguien que se había lucrado de la esclavitud. Argumento que, durante el acto de retirada, está en el aire y es criticado por varios de los asistentes. Nadie se pone de acuerdo.
«El racismo no es innato»
Los que sí lo tienen más que claro son los congregados para animar la fiesta que se ha creado en la plaza. Una mujer senegalesa comienza su discurso minutos antes de que Antonio López se vaya al almacén. «El racismo no es innato», aludiendo a que «dependiendo de la educación y de la cultura que nos inculcan» así seremos racistas o no. Exhala con fervor que «no hay que bajar la guardia ante los ataques racistas» respetando la diferencia y la interculturalidad en pro de una convivencia pacífica.
Otra fémina de raza negra es la que dirige la ceremonia. La vemos con una chaqueta roja encima del escenario mientras pasan por nuestro lado diferente actores con marionetas, zancudos y otros personajes de Els Comediants hoy convertidos en operarios infiltrados del ayuntamiento. Última palabras antes de que López vaya a dormir. La speaker desea «abrir un nuevo espacio abierto al público» y cuyo nombre todavía está por definir.
La escultura de Antonio López se baja de su peana para trasladarse al sótano.
La fiesta sigue, fuegos artificiales y música para amenizar la espera hasta que la figura está completamente atada en el camión para su desplazamiento.
Unos letreros acaban de ser colocados en un lateral de la plaza, será la única información que se quedé allí de la estancia del empresario. En ellas se cuenta que durante los primeros días de la Guerra Civil la estatua se derribó y el resultado se empleó para material durante la guerra. En 1944 el alcalde falangista Miquel Mateu encargó otra. Hoy, 4 de marzo de 2018 emprende, por el momento, su último viaje, el almacén del Museo de Historia de Barcelona acompañado de la Victoria del Cinc d’Oros y el Franco ecuestre del castillo de Montjuïc.
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Despedida a #AntonioLopez en #Barcelona https://t.co/pzHuJIOgby
— Babilonia's Travel®🎙📕 🎨 (@babiloniasT) 4 de marzo de 2018
Preferimos observar el contexto, captar instantáneas con el alma a través de una buena conversación que no con un teleobjetivo, elevamos el arte al nivel cultural que se merece en detrimento de la fotografía, y encontramos historias que suceden rápido pero que hay que entender. De este modo la experiencia se queda más dentro, se añade a tu currículum de vida, y tiene más valor espiritual que contar los países visitados. Si como añadido a esta línea de viaje le sumamos aquello con lo que trabajamos siempre, la infografía y la ilustración, resulta un viaje con un toque interpretativo añadido extra. Diferente a lo convencional.
MIGBAI, o colonialista racista que nunca engoliu a morte do império e se disfarça de são-tomense e de africano. Já repararam que ele principalmente destila veneno contra artigos de natureza cultural, artigos sobre a nossa cultura? Já repararam que ele nos chama negrumes? Já repararam que o grande ressentido, esverdeado de ódio e infeliz acha que os são-tomenses não têm cultura, mas apenas usos e costumes? Seu escaravelho racista vá lá pregar para Olivença e deixe-nos em paz, colossal ignorante!
Obrigada pela sua apreciação
Un aporte muy interesante. Gracias por la ilustración. Reciba un cordial saludo.
Gracias a ti