La ciudad de París se ha ganado con creces el calificativo de exclusividad en varios de los sectores turísticos que la componen. La urbe parisina, que comenzó su gran desarrollo después de la Exposición Universal en 1889, ha ido creciendo en reputación tanto en el diseño de moda, joyería –con la plaza Vendôme–, y en restauración.
Conseguir viajes baratos a París hoy en día puede parecer una misión poco probable si nos basamos en los pilares de lujo que sostienen la metrópoli de la Torre Eiffel. Pero ‘rascando’ un poquito en sus calles más alejadas de las zonas turísticas, siempre hay un lugar que nos puede sorprender, sobre todo si nos gusta comer bien y barato.
¿En París? sí, es posible, y en un local vivo desde hace más de 100 años. Con lo que aparte de degustar una buena comida a bajo precio, además podemos disfrutar del clasicismo francés típico de finales del siglo XIX.
Comer como un obrero del siglo XIX, pero con lujos
En el local de la ciudad del alumbramiento situado en pleno Bulevard Montmartre (7 rue du Faubourg Montmartre), uno se convierte en un obrero –con un trato de lujo– del siglo XIX nada más atravesar su puerta.
El restaurante, abierto todos los días de 11.30 horas a 22 horas, es como un viaje en el tiempo.Lámparas, columnas de madera, espejos característicos de la época, muebles de más de 100 años, lugares para dejar los bastones y chisteras, sillas de madera, muebles que ahora decoran pero que la gente creaba para pagar deudas con el local, etc. Una decoración Art Nouveau, además de observar poca tecnología en el local. Los camareros, que lucen una vestimenta de chaleco delantal blanco y negro, típico de finales del XIX, se reúnen al final de cada comida para hacer el balance de manera manual.
El viajero puede volver a esa época en la que el clasicismo era una característica de cualquier lugar de París, pero como toque personal en este caso es que Bouillon Chartier ofrece una comida de categoría excelente por un precio más que asequible.
En 1896 la idea surgió como punto de reunión de la zona para los obreros que estaban edificando construcciones en las calles aledañas. Cincuenta millones de comidas y sólo cuatro propietarios más tarde, según explican sus dueños, parece que la receta sigue siendo buena.
Carta deluxe
Puerros a la vinagreta, sopa de verduras, caracoles, carne, pescado o platos populares puede sonar a clavada en la factura final, pero realmente los precios rondan los 10 euros cada plato aproximadamente. Por ejemplo, un entrante de potaje de legumbres cuesta menos de 2,50 euros, y un tartar de carne menos de 12 euros. Los quesos, míticos franceses, no superan los tres euros. Y todo con una excelente calidad.
Ahora ya podrás deleitarte con las exquisiteces parisinas, pero a la mitad de precio y con un viaje en el tiempo gratis.
Bouillon Chartier te ofrece su historia, comida a precio de obrero, y su alma.
Preferimos observar el contexto, captar instantáneas con el alma a través de una buena conversación que no con un teleobjetivo, elevamos el arte al nivel cultural que se merece en detrimento de la fotografía, y encontramos historias que suceden rápido pero que hay que entender. De este modo la experiencia se queda más dentro, se añade a tu currículum de vida, y tiene más valor espiritual que contar los países visitados. Si como añadido a esta línea de viaje le sumamos aquello con lo que trabajamos siempre, la infografía y la ilustración, resulta un viaje con un toque interpretativo añadido extra. Diferente a lo convencional.
Sin duda alguna la idea de viajar a París enamora a cualquiera. La idea de conocer y disfrutar de una cultura tan antigua, atrae a cualquier viajero en busca de aventura.
No está de más planearlo todo para disfrutar al máximo de la travesía en el viejo continente.
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