Cuando decidimos plantear nuestro tercer #blogonair en Toledo había tres cosas que teníamos claras: una, visitar solo los lugares más destacados de El Greco, por el IV Centenario de la muerte del pintor, ya sabemos lo que nos gusta esto del arte; dos, intentar ver la urbe toledana con otros ojos, los curiosos y traeros algo nuevo (y vaya si lo hicimos con la ruta templaria, sigue leyendo); y tres, que no os mostraríamos prácticamente nada de las iniciativas sobre el pintor que allí se han preparado para este año.
La web está plagada de páginas y páginas que hacen referencia al artista en la ciudad manchega y, además… no es una persona a la que podamos entrevistar para traerte algo más de lo ya contado…
Así que lo máximo que vas a ver de El Greco en este post es lo siguiente:
Para entender un poco mejor a El Greco
– Firmaba sus cuadros como Doménikos Theotokópoulos ya que había nacido en Creta, y no era toledano como muchos piensan, de ahí que se le denomine también «el cretense».
– Hasta los 26 años vivió en la pequeña isla y se trasladó a Italia en 1567 donde se empapó de los estilos de pintores como Tiziano y Tintoretto, o artistas del calibre de Miguel Ángel.
– En 1577 se instaló en Toledo, pero no se preocupó durante toda se vida de aprender castellano, así que sus diarios están escritos en un medio latín-medio italiano.
– En España comenzó a realizar obras para la monarquía y privados.
– Para su época, fue un rebelde ya que llegó a tener nueve pleitos con el rey Felipe II y varios clientes.
– Así, vivió con deudas y murió sin gran reconocimiento, hasta que el periodista francés Mauricio Barrés lo redescubrió siglos después.
– Su estilo se caracteriza por ser extravagante, caprichoso y lleno de superficialidades, esto fue en parte lo que le trajo de cabeza con la Iglesia y sus adeptos. Uno de los cuadros que podrás ver que escandalizó al clero es el de María Magdalena, una figura de una mujer con un seno al aire que, según lo más religiosos de la época, «no ayudaba a rezar».
– Es indiscutible la habilidad escultórica en sus cuadros y la capacidad que tuvo para hacer lo increíble, creíble en sus lienzos de temática mística. De ahí que se le conozca también como el pintor de los visible y lo invisible (lo divino).
Así que dejamos a El Greco de lado –por unas horas– y decidimos vivir un Toletum (obra del historiador romano Tito Livio, según el cual Toletum se originaría en Tollitum, Tollitu, Tollito, Tolleto, Tolledo hasta llegar a Toledo que significa «levantado, en alto») desde otro punto de vista y más religioso si cabe: el de los templarios.
Ruta templaria poco transitada en Toledo
Juan Luis Alonso Oliva y Luis Rodríguez Bausá autores de libros de misterios y colaboradores en Cuarto Milenio –programa de televisión presentado por Íker Jiménez–, crearon (junto a otros profesionales más) en 2012 una de las empresas más sorprendentes en Toledo. Rutas de Toledo presume de mostrar un Toledo curioso, diferente… y por eso nos decidimos a colaborar conjuntamente en este tercer #blogonair para vivir un Toledo sin El Greco.
La ruta que seguimos fue la de los templarios. Aunque aparentemente «no hay documentación que certifique su vivencia allí», según nos comenta el guía Alejandro Díaz Tejada, sí que «hay varios indicios que explican que los caballeros de la Orden del Temple vivieron en Toledo».
Si has visitado alguna vez la ciudad manchega, puede que el barrio que te vamos a indicar no lo hayas pisado en tus múltiples estancias ya que no suele «haber nada más que calles estrechas, si bien es la zona que conserva la herencia más islámica de la ciudad«, añade Díaz.
«Los templarios financiaron la catedral de Toledo», nos asegura nuestro guía, lo sabemos por las marcas de canteros que hay en una de las paredes del edificio litúrgico. Además, en una de las puertas de la catedral –la puerta de los Leones–podemos observar a una María Magdalena un tanto regordita dado su estado de buena esperanza, lo que algunos han llamado el Santo Grial (la descendencia de Jesús); una pieza clave muy custodiada por los templarios desde que la encontraron en el templo de Salomón y la trajeron al continente europeo (Francia y España), según leyendas.
Otro de los restos que podemos hallar en Toledo sobre el paso templario es la calle del Locum (lugar, en latín), y es que los caballeros de la orden cuando llegaban a una ciudad nueva siempre buscaban esta vía para encontrarse entre ellos.
Cuevas milenarias bajo Toledo
Sin embargo, pese a todos los rincones mágicos que Alejandro Díaz nos contó –muchos de los cuales hemos omitido en este post para no desvelar toda la ruta– hubo dos que nos llamaron la atención.
Uno de ellos es el Santo Grial que «dicen que está en la parroquia de San Miguel» (cerrada al público desde hace décadas), añade Díaz, «con forma de pila bautismal, aunque el verdadero Grial está en la búsqueda de la perfección interior». Y otro, verdaderamente sorprendente, es la existencia de una cueva debajo de la ciudad de Toledo datada en el 3.000 a.C., durante la Edad de Bronce. Una cavidad que Babilonia’s Travel tuvo la oportunidad de visitar en exclusiva.
La gruta de seis metros de profundidad se encuentra muy cerca de la iglesia de San Miguel, y está situada debajo de una vivienda particular. La señora Teresa, dueña del inmueble, compró la casa a Vicente Quismondo –»uno de los mejores ceramistas de la época», nos añade Teresa– después de la Guerra Civil y vieron que debajo de ella había una cueva.
«Como imaginaréis hay múltiples leyendas templarias sobre ella», comenta nuestro guía, «pero la verdad es que en el siglo XX se encontró llena de escombros y lo único que se sabe es que pudo ser una mazmorra romana y que los pintores de época venían a inspirarse con las tinajas de vino«, añade. «Algunos hasta pintaban la cara de su mujer en las tinajas para recordar que la tenían y volver a casa», explica Alejandro con una sonrisa.
Como verás puedes seguir descubriendo Toledo de una manera diferente gracias a empresas como Rutas de Toledo (galardonada recientemente con el Certificado de Excelencia 2014 de TripAdvisor), o darte una vuelta por zonas poco transitadas que te darán un respiro a las aglomeraciones de los lugares más turísticos.
Nosotros, esta vez, preferimos conocer curiosidades de una ciudad que ha vivido tantas épocas y tantos hechos históricos. Aunque lo de pasar casi de El Greco por no poder entrevistarlo y traeros algo más creemos que nos pasó factura.
Un gatito (demasiado social) nos acompañó durante nuestra visita a la cueva milenaria, nosotros diríamos que nos miraba con ojos de algún templario reencarnado o algún pintor cretense, vosotros ¿qué pensáis?…
Consejos por si, después de todo, solo vas a Toledo a ver la obra de El Greco
- Si vas a comprar tus entradas en taquilla directamente, hazlo a media mañana o muy temprano en el Hospital Tavera, solo así te asegurarás de que no hay cola (al menos entre semana).
- Deja los sábados y domingos para otros visitantes, la ciudad manchega es muy pequeña y es casi imposible moverse por sus callejuelas entre coches y viandantes. Si puedes ir entre semana, mejor.
- La mayor parte de la obra del pintor cretense se encuentra en el Museo de Santa Cruz, si vas con poco tiempo te recomendamos que visites solo este espacio y la parroquia de Santo Tomé para ver El entierro del Conde Orgaz.
- Sube a la biblioteca de Castilla-La Mancha situada en el Alcázar por una de sus torres, es gratis y las vistas son espectaculares.
Preferimos observar el contexto, captar instantáneas con el alma a través de una buena conversación que no con un teleobjetivo, elevamos el arte al nivel cultural que se merece en detrimento de la fotografía, y encontramos historias que suceden rápido pero que hay que entender. De este modo la experiencia se queda más dentro, se añade a tu currículum de vida, y tiene más valor espiritual que contar los países visitados. Si como añadido a esta línea de viaje le sumamos aquello con lo que trabajamos siempre, la infografía y la ilustración, resulta un viaje con un toque interpretativo añadido extra. Diferente a lo convencional.
Magnífica entrada, como siempre, por otra parte. Para mí fue un verdadero placer conoceros, y más sabiendo que os ayudé a pasar un buen rato y a conocer otro Toledo al margen de modas, estereotipos y masificaciones de turistas.
Me encanta vuestro blog así que lo miraré habitualmente. Un abrazo a los dos, ojalá nos veamos otra vez pronto.
Alex
Gracias a ti por descubrirnos ese Toledo poco conocido y por brindarnos el privilegio de tus conocimientos. Un abrazo