Y cuando parece que cualquier vestigio de tradición ha desaparecido por completo –al menos esa es la sensación que tenemos cada vez más–, va y nos topamos con algo en la cara. ¡Zas!
Dar una vuelta un domingo soleado por Barcelona puede parecer un tanto típico de cualquier ciudad mediterránea, sobre todo las latinas por aquello de la cultura en la calle. Visita de rigor a algún mercadillo, compras, un vermuth –si nos encontramos en Madrid–, una buena caña con algún amigo, un aperitivo antes de ir a comer a casa, un refresco (sin alcohol) en algún bar con los que la noche anterior te fuiste de copas y que tienen la misma resaca que tú…
Quedar los domingos por la mañana es sinónimo de contar batallitas, de charlar y de terminar el fin de semana recargando energías, a veces con las gafas de sol puestas.
En la Ciudad Condal es otra cosa si te acercas al Mercat de Sant Antoni, en el corazón del barrio homónimo. Allí lo que se hace principalmente es cambiar cromos. ¿Te acuerdas del sile nole, ese trueque que utilizábamos para decirle al amigo que ‘sí, teníamos el cromo o no’ para poder cambiarlos?… Pues aquí en Barcelona esto sigue estando de moda, y la verdad es que da mucho gusto ver que estas tradiciones no se han perdido, más aún en la época tecnológica en la que vivimos.
Desde los más pequeños –algunos hasta con un cuaderno debida y ordenadamente cumplimentado sobre todas sus colecciones–, padres, familias y amigos –unos más creciditos que otros– vienen todos los domingos hasta el Mercat de Sant Antoni (ahora en obras).
Un mercado de segunda mano
El olor es muy especial ya que recuerda a esa infancia, a ese colegio en donde todos pasábamos los recreos intentando conseguir ese cromo que nos hiciera terminar una colección. Capitán América, La vuelta al mundo en 80 días, David El Gnomo, hasta los más recientes como la saga de El Señor de los Anillos… Todos tienen en este lugar su hueco, hueco tradicional que, por fortuna, se sigue conservando de generación en generación.
Por otro lado, también hay un mercado de segunda mano, el de los libros, DVD, pósters, postales, y hasta colecciones de chapas de las botellas de cava. Y ya que estamos metidos en el pasado, sí, fotos, fotos antiguas en blanco y negro de Barcelona o de sus alrededores.
El Mercat de San Antoni, fechado en 1882, desde luego es un lugar atípico, y a la vez típico de la cultura popular, un imprescindible!… ¿Sile o nole visitarás si vas a Barcelona?
Preferimos observar el contexto, captar instantáneas con el alma a través de una buena conversación que no con un teleobjetivo, elevamos el arte al nivel cultural que se merece en detrimento de la fotografía, y encontramos historias que suceden rápido pero que hay que entender. De este modo la experiencia se queda más dentro, se añade a tu currículum de vida, y tiene más valor espiritual que contar los países visitados. Si como añadido a esta línea de viaje le sumamos aquello con lo que trabajamos siempre, la infografía y la ilustración, resulta un viaje con un toque interpretativo añadido extra. Diferente a lo convencional.
Muy bien por las tradiciones que hay en estos sitios ya que la inmensa mayoria de lugares se han perdido estas cosas,antiguamente existian tiendas en muchas ciudades que cambiaban dos por uno en cromos y tambien tebeos pero ya no exiten.Bravo por estos eventos que todavia mantienen nuestra infancia y la de nuestro hijos.
Alguna vez he pasado por allí para disfrutar de este tipo de mercados pero nunca he realizado ningún intercambio, habrá que probarlo! buena recomendación
Sí, vete que está muy bien. Los domingos por la mañana. Te gustará! Gracias por comentar, Jesús! 🙂
[…] de 30 puestos en la calle y que cada año elige un lugar para su desarrollo. Esta vez es cerca del mercado de Sant Antoni inaugurado en 1882 como el primer mercado fuera de las murallas de la ciudad. La promesa está […]
[…] domingos se celebra el sile, nole ¿quieres saber qué […]