A finales del siglo XIX Cataluña era un región cuya economía estaba basada en la industria principalmente. Algunos de los aristócratas de la época decidieron construir pequeñas ciudades –colonias– en donde sus propios obreros vivieran y fueran a trabajar de una manera más cómoda a sus fábricas.
Una de esas villas es la Colonia Güell, en el término municipal de Santa Coloma de Cervelló (Barcelona), concebida por el empresario Eusebio Güell en 1890 y hoy declarada Bien de Interés Cultural por sus edificios de estilo modernista del momento y Patrimonio Mundial de la Unesco por su pequeña iglesia edificada por el arquitecto modernista Antonio Gaudí, constructor también de la Sagrada Familia.
Los propietarios de las industrias organizaban estas colonias para alejar a los obreros de los conflictos sociales de la ciudad, creaban unas industrias más modernas basadas en la técnica hidráulica de aprovechamiento de la fuerza del agua del río –no es el caso de la Colonia Güell que siguió con el método tradicional de vapor–, y las dotaban de mejoras sociales y culturales.
La Cripta de Gaudí
Eusebio Güell procuró aportar en los alrededores de su fábrica textil de equipamientos culturales y religiosos, e incorporó la corriente modernista a las nuevas construcciones. Así encargó a arquitectos del movimiento artístico (Francesc Berenguer y Joan Rubió) proyectos como las cooperativas de consumo, la casa del maestro, el centro parroquial San Lluis y edificios de viviendas, entre otros.
En 1898 Güell dio total libertad de creación al artista tarraconense y con el presupuesto ofrecido dieron comienzo las obras de la iglesia, empezando por la cripta
Uno de los edificios que más importancia se le dio, ya que se iba a estipular como el centro eclesiástico de la villa, fue su iglesia. Para su construcción, Eusebio Güell pidió personalmente a Antonio Gaudí la planificación y construcción de la misma.
En 1898 Güell dio total libertad de creación al artista tarraconense y con el presupuesto ofrecido dieron comienzo las obras de la iglesia, empezando por la cripta. El templo religioso iba a poseer dos naves y una torre –cimborrio– de 40 metros, éste sería un ensayo de técnicas arquitectónicas modernistas (columnas retorcidas, arcos catenarios y funiculares en donde el peso de los muros quedaba distribuido de manera diferente a la tradicional) que después Gaudí pondría a prueba en su gran obra, la Sagrada Familia.
Otra obra de Antonio Gaudí sin acabar
Pero la crisis financiera llegó a la familia Güell y en 1908 las obras de la iglesia tuvieron que ser paralizadas y sólo la cripta, lugar donde se hubiera enterrado a Eusebio Güell, se conservó acabada.
Por su parte, los albañiles maestros de obra también dejaron la muestra de su talento en muchos de los edificios de la Colonia barcelonesa, como se puede apreciar en la variedad de fachadas modernistas.
Al comenzar la guerra civil española en 1936 la fábrica de Güell fue colectivizada y después de la contienda se vendió. En 1973, con la crisis del sector textil, la propiedad fue vendida entre vecinos e instituciones públicas.
Hoy, en el siglo XXI, la Colonia Güell se conserva con una atmósfera de un pueblo tranquilo que ha perdurado en el tiempo con su núcleo urbano, sus bosque de pinares, sus edificios de diseño modernista y su cripta como ensayo arquitectónico del movimiento artístico más representado por Gaudí. Un Patrimonio Mundial de obligada visita en tu estancia en Barcelona.
Nota: puedes hacerte una idea en el siguiente vídeo:
Directora y diseñadora de Babilonia’s Travel. Madrileña de nacimiento (1980) y enamorada de Barcelona (2013). En 2004, a su formación y experiencia como periodista, se une la infografía y el diseño ya que es en el periódico El Mundo (2004), en elEconomista (2006) y en el diario Negocio (2007) donde le enseñan a unir las letras al diseño, para después incorporarse a la redacción de revistas como Altaïr (2013), Fleet People (2012)… y cofundar la primera asociación de bloggers de viajes de Barcelona (2013). Después de casi 50 países visitados sabe que lo que importa son las personas y no coleccionar lugares ni fotos en un disco duro. Amante de la palabra «viajar» y vitalista. Curiosea y socializa con todo aquel que se le cruza en el camino para narrar y diseñar una buena historia.
[…] Columnas de una altura interminable y una luz natural que hacía que todo aquello reflejara una armonía. Gaudí diseñó su interior como un bosque lleno de vida, tanto fue así que cada elemento está pensado para representar una parte del reino vegetal –los capiteles de las columnas con forma de troncos, la cristalización de los minerales en las coronas de las torres exteriores, la cruz de cuatro brazos de estas torres representa el fruto del ciprés y las gárgolas son una selección de anfibios y reptiles de la zona del Mediterráneo–. Lo dicho, una obra maestra que no puedes dejar de ver si llegas hasta este litoral. A ver si le dedicamos un post como se merece… mientras puedes ver este sobre la Casa Batlló o la Colonia Güell. […]
[…] Sant Feliu de Llobregat, una de las paradas obligadas en la ruta del Modernismo junto con la Colonia Güell que por suerte, en los últimos años, está empezando a acercarse más al viajero. «Sí, el […]
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