Saltear al contenido principal
 Cielo azul, sol, verde a ambos lados, dejamos detrás el mar, carretera con pendiente pronunciada y al final de ella vemos unas casitas pequeñas y blancas, llegamos… Mijas!

Estamos en la provincia de Málaga, muy cerquita de la ciudad de Fuengirola que seguro que te suena un poquito más por esos temas de las revistas del corazón. A media tarde tomamos el coche y nos ponemos en unos 20 minutos en Mijas. Pueblo blanco, de casas bajas, con pendiente, calles estrechas, empedradas…

Al lado le envuelve la montaña llena ya casi de pinos, ésa que por causas ‘deconocidas’ fue quemada hace muchos años pero que está ya muy recuperada… Algunos del lugar dicen que fue un milagro de la venerada virgen de La Peña (áquella que preside la montaña mijeña y observa desde su punto privilegiado todo el pueblo) debido a su rápida recuperación y porque el fuego prácticamente se empezó a apagar a la altura de la ermita antigua de El Calvario…

Creamos o no en providencias divinas, lo que está claro en Mijas son varias cosas, a entender, recomendaciones:

  • No debes perderte el atardecer desde el mirador al lado del auditorio, en La Muralla.
  • Visita obligada a la plaza de toros cuyo ruedo tiene forma de montera. Data del 1900 y está enclavada en la roca. 
  • El carromato de Max (1972). Es el primer museo mundial de miniaturas (Padre Nuestro en el borde de una tarjeta de visita, pulgas disecadas, la última cena de Da Vinci sobre un grano de arroz…)
  • Ermita de la Virgen de la Peña (la tradición cuenta que el día de San Antonio las solteras deben tirar ‘chinitas’ al cristal de la Virgen para que les consiga novio) -corrección de última hora según lugareños: lo de las piedrecitas es a San Antón (gracias!)-
  • Y un largo etcétera de sitios para comer, comprar* y demás…

Pero creo que destacaría dos detalles de este lugar que le hacen único.

Burros

Uno, los burro-taxis!!! Taaan conocidos por todos y, pese a que Mijas tiene la fama, su origen se establece en el pueblo alicantino de Guadalest donde ya han desaparecido. En cambio en el pueblo malagueño sí que los siguen manteniendo como reclamo turístico. Todo empezó en los años 60 cuando los campesinos regresaban a sus casas en burro, y los visitantes se hacían fotos con ellos o les sugerían dar una vuelta. Entre propina y propina… alguno pensó en hacer negocio de esto y vaya si lo consiguió! Merece la pena subirse en alguno y ‘cabalgar’ sobre esas calles empedradas y empinadas… toda una experiencia…

Y dos. La Feria!!!

P9112633
 
Feria_mijas_2006_028

Sí, vale, toda feria en el sur de España tiene su encanto, pero os aseguro que esta es diferente a cualquiera que hayáis podido vivir. Empezando por el ambiente y terminando por toda la atención de su gente. Desde la Feria de Día, el tintito de verano, el baile de la plaza, la orquesta, las ‘gymkanas’ por todo el pueblo, el jamoncito y las olivitas, la señora que ha hecho tortilla el día anterior y la saca para que el pueblo la tome, el escenario de la noche, la discoteca al aire libre, la sandía que saca otra señora de otra casa, el portal iluminado de la feria, el helado de la tarde, las actuaciones de por la noche, el chocolate con churros, la paella, los fuegos artificiales, la procesión de la Virgen de la Peña, los vestidos de gitana prestados por esas grandes amigas… y como no, su gente. Ese ‘miheño’, como pronuncian ellos (en Facebook: «esos miheñ@s que dicen), que hace que la Feria de su pueblo sea, no la mejor, sino única.

Gracias amigos ‘miheños’ por poder compartir eso y más con los que somos del otro lado de Despeñaperros.


 

(*) Dos recomendaciones más en la calle Málaga… ‘Mainake‘ para regalos y objetos de decoración, y la ‘Panadería de María Quero‘ (desde 1904) para terminar tu visita con un rico café acompañado de un maravilloso pastelito/tarta… que seguro que te lo has ganado.

Esta entrada tiene 0 comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Volver arriba
Buscar