23… 40… 53… 54… y… ¡Vendido! 55 millones de dólares en total para este cuadro de Van Gogh», oímos en un vídeo de una subasta de la casa Sotheby’s. Si sólo con la mitad de este dinero el pintor neerlandés, que prefería firmar con su nombre —Vicent— y no con su apellido, hubiera vivido en su época, quizás la figura del artista que hoy conocemos sería totalmente diferente. Un referente en el arte que prácticamente no consiguió vender su obra en vida y que la historia le ha colocado como el loco por cortarse una oreja. Probablemente nos falte conocer más su historia, la personal.
Estamos en la carpa instalada en el Port Vell de Barcelona, muy cerca de la playa de la Barceloneta. Un espacio de 1.500 m2 que resulte bastante diferente al edificio-museo de costumbre cuando se muestra la obra de cualquier artista. Aunque no sólo es dispar el emplazamiento temporal, sino también es la experiencia que va más allá del mero hecho de observar. «Es multisensorial, aquí puedes tocar todo», nos explica en una entrevista Nicolás Renna, director general de Proactiv, la empresa barcelonina que ha producido la exposición Meet Vincent Van Gogh.
Y es que bajo el subtítulo de Una experiencia inversiva que te hará entrar en la vida del artista se intuye que lo que hay dentro de este lugar no serán las obras de Vicent, ni el trazo o la pincelada, sino «quién está detrás de la obra (…) siendo una manera de acercar el arte al público de manera didáctica, entretenida y emotiva», aclara Renna. Una experiencia hecha realidad gracias a la audioguía (disponible en cuatro idiomas y versión adulto e infantil) documentada en las más de 800 cartas que Vicent escribió durante toda su vida a su hermano Théo, «13 actores van haciendo el papel de su hermano, de su padre, de su cuñada, de su amigo Gauguin (…), y puedes entender más al artista y la mente oscura que en algunos momentos estaba detrás de él.»
«He pintado trigales para representar la soledad extrema», Vincent
El recorrido se inicia con su muerte, el 29 de julio de 1890, en el campo de trigo de Auvers sur Oise donde ¿se dispara, le disparan? (varias teorías alrededor de su muerte).
Interpretación del cuadro 'Trigal con cuervos', por ©Carlos García Rubio.
Después se suceden salas que reproducen escenas de la vida de Vicent, y que inspiraban al artista a pintar. Una de ellas es el café Tambourin de París en donde su máxima obra conocida es la de Agostina Segatori (1887), figura nada convencional en la Francia de la época ya que Van Gogh la representa sentada sola en un bar, con una cerveza y con un cigarrillo. Célebre es también la imagen de Los comedores de patatas (1885) mientras residía en Nuenen (Países Bajos), y al que la exposición de Meet Vincent Van Gogh le dedica especial atención reproduciendo una de las cartas a su hermano Théo:
(…) Y de la misma manera, sería un error a mi parecer, el dar a una pintura de aldeanos una pulcritud convencional. Si una pintura de aldeanos huele a grasa, a humo, a olor de patatas, ¡perfecto! No es malsano; si un establo huele a estiércol, ¡bueno!… por eso es un establo; si los campos tienen un olor de trigo maduro o de patatas o de guano y estiércol, allí está precisamente la salud, sobre todo para los ciudadanos.
(Extracto de Cartas a Théo)
A la vez, mientras escuchas, puedes dedicarte a dibujar una escena del barrio de Montmartre, del París del siglo XIX con la técnica del marco para encajar la escena. Un invento que le ayudó durante toda su obra, porque el artista holandés no nació dibujando, sino que pasó por diferentes trabajos (incluido el de marchante y el de predicador de la Iglesia, herencia de su familia) hasta que Théo creyó que lo mejor es que su hermano se dedicara a la pintura. Van Gogh se inspiró en la gente pobre, en el mar, en la naturaleza… y asistió a clases en Bellas Artes, aprendió de los genios como Goya o Velázquez con las obras en sus museos, pero finalmente decidió seguir manuales y practicar mucho, apoyado económicamente por su hermano.
(…) Ya he dibujado allá dos tardes [academia], y debo decir que pienso
que, precisamente para hacer figuras de aldeanos, es muy
bueno dibujar a la antigua, a condición, sin embargo, de
que no se proceda como de costumbre. Los dibujos que
veo los encuentro todos, a decir la verdad, fatalmente malos
y con fallas fundamentales. Y yo sé muy bien que los míos
son completamente distintos: el tiempo ¡dirá quién tiene
razón. No hay absolutamente ninguno —¡puñeta!…— que
tenga el sentido de lo que es una estatua antigua.
(Extracto de Cartas a Théo)
Dibujo resultado de aplicar la técnica de los cuadros durante la visita a la exposición. ©Carlos García Rubio.
Van Gogh el viajero
«No sabía que había vivido el Londres», nos confiesa Nicolás. En verdad, para la época, Van Gogh viajó mucho y residió en varios lugares. Londres, Amberes, Arlés, Saint Rémy… En Arlés (1888-1889) comenzó una de sus etapas más productivas tras dejar el caótico París por falta de calma, según se recoge en sus cartas. La localidad de la Provenza francesa maravillaba a Vincent porque su paisaje y su luz le recordaban a las pinturas japoneses que tanto le fascinaban. Aquí era donde más salía a pintar al plein air… y donde se quejaba del mistral, el viento típico de esta zona.
(…) Por fin resulta que esta mañana el tiempo ha cambiado y se ha calmado, así pues, ya he tenido ocasión de saber también lo que es el mistral. He hecho varias excursiones por los alrededores, pero siempre fue imposible hacer nada a causa del viento.
(Extracto de Cartas a Théo)
Fotografías en Arlés de los lugares más emblemáticos que fueron fuente de inspiración.
En Arlés, creó parte de su obra conocida y vivió dos meses con su amigo Gauguin en la Casa Amarilla, edificio reproducido en una de las salas de la exposición junto a su habitación decorada con cuadros como el de Los Girasoles, realizado con este fin estético.
(…) Gauguin también ha terminado casi su Café nocturno.
Es muy interesante como amigo; tengo que decirte que sabe
cocinar perfectamente; creo que aprenderé de él, es muy
cómodo.
(Extracto de Cartas a Théo)
El recorrido por la vida del pintor postimpresionista continúa a través de «paneles con telas retroluminadas muy concretas que proyectan exactamente los cuadros», señala el director general de Proactiv. Etapas como la del corte de la oreja, tras una discusión con Gauguin, y su internamiento en el psiquiátrico son también tratadas hasta llegar a un vídeo de 90 minutos de duración que resume toda la vida del artista. En el camino podemos encontrar réplicas de sus cuadros en 3D «elaborados con Fujifilm para el museo de Van Gogh por el valor de 25.000€ cada réplica.»
¿Por qué ahora Van Gogh?
Pero, ¿qué sucede estos años con el artista holandés que está de moda? Películas como Loving Vicent (2017), A las puertas de la eternidad (2018), proyecciones como Van Gogh Alive (Madrid 2019)… «esta es la única exposición oficial del museo Van Gogh», aclara enseguida Renna.
Está claro que son casualidades, «hace 15 meses cuando firmamos el acuerdo con el museo no se había anunciado ninguna película», asiente. Además, Nicolás nos manifiesta que «la decisión de hacerla es más personal» por la inquietud que él mismo tiene sobre artistas contemporáneos. Relata que «está hecha en su totalidad para disfrutar del arte y para transmitir el mensaje eterno de Van Gogh sobre la vida y su obra». Una obra que apenas vendió en su época y un arte poco valorado en vida, pero no por ello dejó de trabajar. Él mismo escribía en una de sus cartas «(…) a condición de trabajar mucho, ni un sólo día sin una línea.»
DATOS PRÁCTICOS
Tras el estreno en Europa, después de venir de Shanghái, Meet Vincent Van Gogh se plantea recorrer el territorio español, aunque «estamos pensando en ampliar la fecha del 2 de junio, en 10 días nos han visitado 30.000 personas», explica Nicolás.
Más información sobre la exposición
AGRADECIMIENTOS PARA LA ELABORACIÓN DE ESTE REPORTAJE:
Imagen de cabecera extraída de la interpretación de Van Goh por Carlos García Rubio. Cuadro al óleo. ©Todos los derechos reservados.
Directora y diseñadora de Babilonia’s Travel. Madrileña de nacimiento (1980) y enamorada de Barcelona (2013). En 2004, a su formación y experiencia como periodista, se une la infografía y el diseño ya que es en el periódico El Mundo (2004), en elEconomista (2006) y en el diario Negocio (2007) donde le enseñan a unir las letras al diseño, para después incorporarse a la redacción de revistas como Altaïr (2013), Fleet People (2012)… y cofundar la primera asociación de bloggers de viajes de Barcelona (2013). Después de casi 50 países visitados sabe que lo que importa son las personas y no coleccionar lugares ni fotos en un disco duro. Amante de la palabra «viajar» y vitalista. Curiosea y socializa con todo aquel que se le cruza en el camino para narrar y diseñar una buena historia.
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