Viajar a través de los oficios y la artesanía

Cada pieza es única

Joyas una a una

–lemas de Taller de la Ninfa y Koetània en Barcelona–

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Quién no se ha llevado de recuerdo a su casa algún objeto realizado en el lugar de destino, y luego lo ha colocado en el salón (y no en la estantería de souvenirs) para recordar aquel país cada vez que lo mira. Y no, no estamos hablando de la figurita de la Torre Eiffel, ni de la muñeca vestida de flamenca al más estilo andaluz. Hablamos de esa artesanía y de sus artesanos, los propios habitantes de la región que hemos visitado, y que, seguramente, si nos paramos un poco a charlar con ellos averiguaremos mucho más de su cultura que leyendo decenas de guías de viaje.

Unos oficios que, en el caso de Europa, cada vez están más en declive por la masiva intrusión de las industrias tales como las asiáticas. Por ejemplo, comprar ya un asiento de madera realizado en Gambia por alguno de sus habitantes queda como un objeto de recuerdo –y a veces de lujo– a adquirir durante nuestra estancia, y además no es algo que el mercado europeo reclame en grandes cantidades. Aunque sí, cada vez más y por suerte, estas artesanías autóctonas y hechas a mano llegan a nuestras zonas gracias a tiendas como BaBBazar.

Barcelona con los mercados artesanales

Sin embargo, en la capital catalana, existe una serie de actividades dedicadas al mundo de la artesanía –quizás herencia de una época anterior con un fuerte desarrollo de los oficios, según cuenta la página de la Generalitat– y se intenta acercar a los más mundanos en la materia, este sector de lo manual y de la cultura originaria. Una artesanía que tiene su valor (material y económico), ya que bien vale su tiempo, su dedicación y su especialización por parte de los autores en las diversas disciplinas.

• Este es el caso de la muestra de Taller Oberts (talleres abiertos), celebrado en el barrio barcelonés de Poble-Sec dos veces al año (durante el mes de noviembre y a inicios del verano). Aquí, los artistas residentes en el quartier abren sus puertas para mostrar la parte más íntima de su trabajo creativo: el mismo taller –a veces taller/vivienda– y el proceso. Durante el fin de semana los visitantes pueden descubrir los ateliers que el resto del año no están abiertos al público.

 

• Talleres de cerámica donde los forasteros pueden participar en un curso de unas horas, artesanos que fabrican cometas a mano, gracias al carpintero Jordi de El Taller de la Ninfa puedes aprender que la madera de Boj es muy cara y que existen zonas protegidas para mantenerlo, en la joyería Koetània te explican paso a paso cómo se realiza un anillo desde que es plata líquida hasta el producto y diseño final, etc.

 

• La Semana de la Artesanía de Catalunya (a finales de noviembre) en Barcelona, en el Museo del Disseny (museo del Diseño). Un espacio en donde la Federación de Asociaciones de Artesanos de Oficio de Cataluña (FAAOC) dedica cada año a mostrar estos oficios desarrollados en Cataluña y potenciar un lugar de venta directa de productos hechos a mano. Talleres de cestería, esculturas como las de Jorge Egea, demostraciones y muestras de escuelas de artes y diseño de Barcelona (como la exposición de joyas artísticas realizadas con espinas de diferentes pescados de Davinia Torija con Mi cuartito de las joyas), tienen cabida en esta semana de otoño.

• Otra de las citas, aunque ya no en Barcelona sino en la provincia de Girona, es el Mercado anual Medieval de Vic a primeros de diciembre. Un lugar de por sí ya especial y muy aconsejable con esas callejuelas en las que perderse, o esa plaza que recuerda Venecia y que inspira estar viviendo en una época pasada, con muchas historias en ella, algo que Babilonia’s Travel os traerá en breve. Un mercado lleno de puestos de comida autóctona (butifarra), dulces caseros (tartas), objetos de madera, animales cumpliendo sus funciones de transporte (burros) y demostraciones de cómo un herrero trabajaba el hierro, o un carpintero fabricaba una mesa, entre otros. Un espectáculo, lleno de mucha gente, eso sí, pero con un ambiente prenavideño.

 

• Y si eres de los que les gusta los mercados verdaderamente navideños, apunta en tu agenda el Mercado de Navidad Bohéme D’Eté mañana sábado 16 de diciembre en Barcelona. Una feria con más de 30 puestos en la calle y que cada año elige un lugar para su desarrollo. Esta vez es cerca del mercado de Sant Antoni inaugurado en 1882 como el primer mercado fuera de las murallas de la ciudad. La promesa está planteada: originalidad, creatividad, artesanía y autenticidad para los objetos que allí encontraremos, aderezado con música en vivo y el comercio al detalle. Además, gracias al Hotel Market –situado en la calle Compte Borrel 68–, podremos tomar el aperitivo después de disfrutar todo lo que el mercado y sus artesanos nos cuenten. Os contaremos todo a través de nuestras redes sociales (Twitter y Facebook).

 

• Por último, un mercado más pequeño que los anteriores pero no por ello menos importante. El Mercado artesanal de Sant Fost situado en la Plaça de la Vila de Sant Fost de Campsentelles, un pueblecito a 20 minutos de Barcelona que ostenta una de las iglesias románicas más conservadas de la zona. Este próximo domingo 15 de diciembre allí estaremos desde por la mañana para mostrar el valor de lo artesanal y enseñar a la gente el oficio de grabador a través de un vídeo que hemos realizado en el Centro Artístico de Sant Lluc, en Barcelona (el cual podéis ver al final de este post). También si queréis felicitar las fiestas con un grabado a modo de christmas navideño, allí Carlos García Rubio, ilustrador de Babilonia’s Travel, os enseñará el arte del grabado.

Productos todos resultantes que son únicos e irrepetibles, de ahí el valor que muchos creen abusivo o que ni siquiera se lo dan por falta de conocimientos. Algo que puede que en nuestro día a día pasemos por alto porque tenemos esas tiendas que nos solucionan la vida con un diseño industrial chino, noruego y tailandés.

Quizás el uso que le demos sea el mismo, quizás uno sea más caro que otro, pero, si añadimos que detrás de cada pieza artesanal se escribe una historia con nombre y apellidos, quizás, sólo quizás, prefieras sentarte a escucharla y así cada vez que cojas esa silla de madera, esa cometa, ese grabado colgado en la pared, no sólo recuerdes de dónde era sino también la historia de la persona que te lo fabricó.

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Ahora siéntate y disfruta del proceso del grabado realizado por nuestro ilustrador Carlos García Rubio